Cuando en el Consultorio Ético de Javier Restrepo -miembro de la FNPI-, se han recibido preguntas sobre
plagio, las respuestas se han fundado sobre los artículos de los códigos de
ética que se refieren al tema y que exponen las motivaciones para rechazarlo
como práctica. Otro elemento utilizado en esas respuestas, han sido los
Manuales de Estilo que amplían la información sobre los argumentos en contra.
Con estos elementos se pueden obtener materiales para un Manual sobre Plagio,
de uso posible en las redacciones. Sería un instrumento de gran utilidad hoy,
cuando el problema de la propiedad intelectual se ha agudizado con las
prácticas de “bajar” textos de Internet como si se tratara de aprovechar los
frutos de árboles sembrados en tierras sin dueño.
Códigos y Manuales llegan a estas conclusiones:
• El plagio
viola el compromiso básico del periodista con la verdad. El plagio es una
mentira porque implicala falsedad de aparecer ante el lector como el autor de
un trabajo que otro hizo y, por tanto, es un engaño al lector.
• Es, además,
una injusticia porque se toma por asalto el esfuerzo ajeno y se obtiene un
lucro que se le debe al autor.
•Se puede
agregar también la degradación del trabajo profesional que, lo mismo que la
actividad científica, debe exhibir la característica de la transparencia. En
efecto, la creación intelectual del periodista siempre centrada en los hechos
que suceden, nunca es una verdad definitiva sino un proceso cuyo registro debe
continuarse, de la misma manera que la investigación del científico, que es por
su naturaleza provisoria, y deja claras huellas de su elaboración para que otros
investigadores puedan dar los siguientes pasos. El plagiario borra sus huellas,
deja indicaciones falsas que cierran el camino para quien quiera continuar el
proceso de seguimiento de los hechos. Todas estas razones aparecen explícitas o
implícitas en los artículos de los códigos éticos que condenan la práctica del
plagio.
Documentación.
En la
Guayana Inglesa el plagio se califica como “grave ofensa
profesional”. El Código Húngaro explica: "abuso de los derechos de otra
persona quien publica el producto intelectual de otro como si fuera suyo.” Es
la misma motivación del Código Irlandés en el que el Art. II, 4 c, afirma que
“el plagio es una forma de conducta impropia del periodista,”. Así aparece en
los artículos 15, 21, 22 y 24 del Código de los Periodistas Polacos que expulsa
de su asociación a los plagiarios. Para los yugoslavos plagiar es “incompatible
con la ética profesional,” y para los suizos “el plagio es un método
desleal.”
Son más de 30 códigos de ética periodística en el mundo los que
incluyen un severo rechazo de esta conducta que aparece como “odiosa”, “abusiva” y “deshonrosa.”
Entre unos y otros, los códigos recomiendan:
1.Que la cita
no sea tan extensa que se convierta en la obra del citado.
2. Mencionar
honestamente las fuentes de información. (Indonesia a5,2)
3. Usar las
comillas cuando la cita es textual, y cuando se resume un texto, dejar claro el
origen del resumen.
4. Citar dentro
del contexto y conservar el espíritu de lo expresado por el autor. Las normas
de los códigos han sido recogidas en los Manuales de Estilo en los que se
hallan expresiones tan dramáticas como la del Código de Conducta de The
Washington Post:”El plagio es una de los pecados imperdonables del periodismo.”
Por eso adopta normas como esta: “dar crédito a otros medios que publican noticias
exclusivas, dignas de cobertura por el Washington Post.” En términos parecidos
se expresa el Libro de Estilo de El País de Madrid. “Es inmoral apropiarse de
noticias de paternidad ajena. Por tanto, los despachos de agencia se firmarán
siempre. “ (A. 120) La Nación
de Buenos Aires en su Manual ordena con sumo laconismo que el periodista
“respetará y hará respetar los derechos legítimos de autores y creadores.”
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