4/3/15

Un hombre de la Democracia que dijo: ¡Nunca más!

Julio César Strassera será recordado como el fiscal de la Cámara Federal que, apenas comenzó la democracia, acusó y logró la condena de los integrantes de las juntas militares.

En 1983, el entonces presidente Raúl Alfonsín nombró a Strassera como fiscal ante la Cámara Federal y una circunstancia hizo que él pasara a desempeñar su rol con singular importancia y fuerza: el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas se había negado a juzgar a los militares, por lo cual la Cámara Federal tomó a estudio el enjuiciamiento de esos militares. Adquirió un papel protagónico, ya que a partir del informe de la Comisión Nacional de la Desaparición de Personas (Conadep), seleccionó unos 300 casos paradigmáticos y fundamentó una acusación muy sólida contra los nueve jefes militares, de los cuales logró que la Cámara Federal, en 1985, condenara a cinco.


Foto: Archivo Diario La Nación


Los miles de papeles de ese expediente no podían reflejar la vibrante tensión que tironeaba a la joven democracia. Por un lado, los militares todavía actuaban como un factor de poder y existía el temor de que pudieran intentar desestabilizar el sistema democrático y, por el otro, después de los Juicios de Núremberg, nunca un tribunal civil en el mundo había intentado juzgar a los oficiales que habían tomado el poder.

Por eso, ese juicio se convertiría en el símbolo de una época y Strassera cerró su alegato ante la Cámara Federal con una frase que quedaría grabada en la memoria histórica de los argentinos: "Señores jueces: quiero renunciar expresamente a toda pretensión de originalidad para cerrar esta requisitoria. Quiero utilizar una frase que no me pertenece, porque pertenece ya a todo el pueblo argentino. Señores jueces: ¡Nunca más!"..

El 9 de diciembre de 1985, la Cámara Federal condenó a Jorge Rafael Videla y a Emilio Eduardo Massera a prisión perpetua; a Roberto Viola a 17 años de prisión; a Armando Lambruschini a ocho años de prisión y a Orlando Ramón Agosti, a cuatro años de prisión.

Finalizado el juicio, en 1987, Alfonsín nombró a Strassera embajador argentino ante las oficinas de Naciones Unidas defensoras de los derechos humanos, con sede en Ginebra. Y el ex fiscal desempeñaría ese cargo hasta que, disgustado con Carlos Menem, por haber dictado los indultos, presentó su renuncia. Se dedicó a ejercer su actividad como abogado y a participar activamente de la actividad de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH).

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